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domingo, 23 de febrero de 2020

Análisis del Satisfyer como caso de éxito de producto innovador






No sabemos si el Satisfyer ha sido el juguete más regalado durante las Navidades del 2020, pero sin duda ha estado en boca de todos y probablemente en alguna que otra conversación familiar, evitando así la zozobra de temáticas muy manidas. Lo que no cabe duda es que, aparte de que al menos el concepto ha venido para quedarse y la competencia ya se está poniendo las pilas, como producto innovador merece la pena ser estudiado: quizás saquemos algo interesante para otros proyectos que intentan salir a la luz.

Pero, ¿por qué ahora?

Aprovecha la ola del Feminismo, el empoderamiento de la mujer, la revolución sexual femenina; fomenta el auto conocimiento y la exploración, quizás también el individualismo y la búsqueda de la auto satisfacción. Legitima el orgasmo femenino. Ha llegado en el momento justo, y eso monetiza. Si hubiera llegado hace unos años habría pasado sin pena ni gloría, así que podemos decir que se ha hecho una lectura adecuada del mercado y está tocando el éxito.

Pero es que además, si no lo tienes, es como si no formaras parte de esta revolución.



¿Cómo ha conseguido llegar hasta aquí?

El producto, homenajeando a Malcom Gladwell (The Tipping Point, La Clave del Éxito), ha cumplido tres de sus reglas fundamentales:
  • Ha conseguido que los conectores hablen de él y lo introduzcan en cualquier tipo de círculo, por muy casposo que éste pueda ser. ¡Existen incluso disfraces de Satisfyer!.
  • Las mavens, como usuarias expertas, emiten opiniones muy persuasivas y al parecer totalmente convincentes.  
  • Ha sido capaz de generar una epidemia: ahora todas desean tenerlo. Si no es así, quedas fuera de juego en las conversaciones con las amigas. 


¿En qué se diferencia de lo que había hasta ahora?

Los juguetes existentes hasta ahora pretendían reproducir al hombre. El Satisfyer, en cambio, está pensado para la mujer, para su órgano. No está para nada relacionado con el hombre. Es decir, es un concepto totalmente innovador y disruptivo, que además incorpora última tecnología , y enfocado al 50% por ciento de la población, en un tema hasta ahora tabú.

¿En qué producto se inspira?

Parece ser que existe un producto en el mercado desde hace unos seis años, llamado Womanizer, pero que no superó la frontera teutona. Los motivos pueden ser varios, pero entre otros se mencionan los siguientes:
  • el nombre en sí mismo: Womanizer, en inglés, significa "mujeriego" y, en plena era feminista  el placer femenino ya no estará, nunca más, solamente relacionado al hombre. 
  • el precio de otros dildos de otras marcas resulta bastante atractivo. Por ejemplo, un Satisfyer puede conseguirse por menos de 40 euros en internet y un Sona Cruise por 80, mientras que el Womanizer bordea los 100 euros.

¿Qué papel juega el hombre en todo esto?

Se nos ocurren dos:
  • Como acompañamiento de la mujer
  • Al parecer el instrumento también tiene algún uso destinado al hombre, sin embargo no parece que haya cumplido ninguna de las reglas de Malcolm Gladwell.


What's next?

Sin embargo enseguida le han salido competidores: el Osé, que además de ser succionador de clítoris añade penetración y promete orgasmos "manos libres". Desconocemos cómo sortea la Ley de la Gravedad, esperamos que algún lector@ nos ilumine al respecto. Lo que queda claro es que cuando un producto triunfa, la competencia reacciona de manera inmediata: es cuestión de meses e incluso mejora tu producto. De lo cual aprendemos lo importante que es cubrirse las espaldas.

Otro producto relevante es el Lelo, sueco...  que además vende el aparato más caro del mercado: 13.500 euros.

Preguntas que quedan en el aire



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Referencias: