lunes, 12 de octubre de 2020

La desigual batalla de la Innovación contra la I+D




¿Puede ser la Investigación y el Desarrollo opuestos a la innovación?. ¿Deben ser tratados por separado? Esto es algo que ya sucede en los países anglosajones, pues mencionan Research &Development  por un lado e Innovation por el otro, nunca de un modo triangular y conexionado, sino totalmente independiente. 


Hay varias razones que lo motivan, no es una cuestión caprichosa sino que tiene su su razón de ser, determinada por la metodología a emplear, el coste que puede tener, el impacto que puede generar, y el tiempo de implementación. 


El papel del Método Científico

Mientras que la Investigación tiene al Método Científico como palanca para, de una manera estructurada y sistemática, alcanzar sus objetivos, la Innovación carece de método. Respecto a esta segunda hacemos las siguientes aclaraciones:

  • no existe un a sistemática standard: no hay pautas concretas y precisas, dada la infinita casuística asociada a la ella
  • se caracteriza por una suma desestructurada de caóticas incertidumbres, entre las que confluyen desde la combinación de diferentes tecnologías, la regulación, la evolución del mercado e incluso el azar. 

Y es este carácter un poco anárquico el que representa una oportunidad, o al menos así debe ser visto, porque además la pone al alcance de todos, a través de identificar de qué manera conectar este cocktail de ocasiones. Sin embargo, la perversión histórica y posterior popularización asociada al uso de la marca I+D+i en todos los estratos de la sociedad, independientemente del sector o color político, ha desfigurado el contenido de algunos de esta suma equivocada. 

Mostramos a continuación la representación actual y errónea de la I+D+i:




Como podemos ver, 1. se trata de una secuencia lineal y 2. asume que los recursos económicos financian la Investigación y el Desarrollo, del cual se genera conocimiento, y que a su vez producen Innovación con una relación directa, para lo que se deben generar más recursos. La realidad es que esto no funciona así: sólo una parte de la I+D genera innovación, y de ésta sólo una porción será éxito empresarial

Siguiendo esta línea de pensamiento, la manera de llegar al éxito empresarial se escribe de una manera más holística al incluir otros escenarios:




Es decir, como decíamos antes, ganar la capacidad de conectar conocimientos, hilar ideas y tecnologías que en principio no tienen nada en común es una fuente, si no ilimitada, sí de enorme de oportunidades, permitiendo salir de océanos rojos para adentrarnos en otros más azules. 

Aprender a subir escalones de dos en dos

 
De la Investigación y el Desarrollo no se vive pues no monetiza a corto ni medio plazo, pero es el trampolín para subir escalones de dos en dos o de tres en res en la carrera empresarial. A esta palanca sólo se tiene acceso si existe mentalidad largo placista - hablamos de más de cinco años - y el aprender a perder dinero. Por otro lado, será la Innovación el brazo ejecutor que aterrice los conocimientos adquiridos por la I+D. Esto no menoscaba a esta última, , sino que las pone a las dos al mismo nivel: la I+D es tan importante como la Innovación. En otras palabras, 
  • La I+D es fundamental y es la primera piedra de toque del engranaje
  • Sin la I+D estamos limitados y paralizados: pone en cuarentena la capacidad y la posibilidad de hacer Innovación.
  • Sin la I+D queda una innovación de resultado hosco, lento, y que aporta saltos cualitativos muy circunscritos.

Conclusión


La innovación debe formar parte del día a día de cualquier empresa en general, y de nosotros en particular. Esto es así porque mientras que solamente un grupo muy exclusivo de personas pueden llegar a ser denominados Investigadores, por los conocimientos e instalaciones que precisan, como decíamos antes, cualquiera puede innovar , independientemente de su posición jerárquica: todos tienen la obligación de mejorar sus productos y sus procesos en los que están involucrados, porque al final del día están todo el día viviéndolos, trabajándolos, y conocen sus fortalezas y debilidades. Y quien no lo haga, pues sencillamente no está haciendo bien su trabajo. 

Además, este enfoque hacia la curiosidad y acostumbrar la vista a las luces largas debería ser enseñado desde la Escuela,  puesto que todos y cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de estar atentos a la oportunidad.

lunes, 5 de octubre de 2020

El tonto útil en las organizaciones: ¿eres tú uno de ellos?



¿Eres el tonto útil de tu organización y no lo sabes? ¿Eres el zorro de la clase con piel de cordero, es decir, el manipulador? ¿O el equidistante que, como no se moja en nada, nunca se quemará?


El tonto útil es aquella persona que de manera voluntaria apoya ideales. políticas o proyectos sin ser consciente de que en realidad está siendo manipulado por quienes los promueven. Mientras permanece en esta realidad que le han creado, promueve y apoya iniciativas, convirtiéndose en activista. 


El tonto útil puede ser visto como una herramienta del que ostenta el poder, ya sea político, empresarial o familiar,  para obtener sus objetivos, siempre con la promesa de un futuro mejor. Algunas características intrínsecas que ostenta son:

  • Su carácter de gregario, seguidor: lo que hoy en día viene a ser un follower
  • Su incondicionalidad
  • Su capacidad de resistencia a negar la mayor
  • Su unilateralidad: es esto y no hay otra opción


En resumen, son inasequibles al desaliento: gente de buena fe que, creyendo que defienden unos ideales o un proyecto, acaban sirviendo a un terceroY el día que el tonto despierta de ese sueño - si es que lo hace- se siente vacío, desnudo, con cara de póquer, y pensando para sus adentros: ¿Cómo me ha podido pasar esto? ¿Qué he hecho yo para llegar hasta aquí? ¿Cómo me he dejado engañar? ¿Por qué no me he dado cuenta?. 


Dar la señal de alarma o alzar la voz para despertar al tonto útil de su sueño es una tarea harto difícil y complicada. A través de un tercero neutral que le pueda hacer reflexionar puede ser la vía más expeditiva y rápida, pues a través de uno mismo exige el paso del tiempo y en ocasiones un viaje de introspección.

Ejemplos de tontos útiles podemos encontrar múltiples:

  • Seguidores de políticos que dan soluciones sencillas a problemas muy complejos
  • Inmiscuirse y participar en Proyectos empresariales con grandes promesas que culminan en miles de euros gastados sin retorno 
  • Activistas de movimientos independentistas que sólo abogan por la unilateralidad


¿Y cuál es el plan ante ello? ¿Cómo identificar que eres uno de ellos y poder salir? En ocasiones cortar por lo sano inmediatamente y alejarse, otras veces es una cuestión de paciencia. Si se trata de un proyecto empresarial, puedes empezar recurriendo al famoso lema de Juan Roig de Mercadona: dar - pedir - exigir, de manera que una vez has hecho tu aportación, es el momento de empezar a pedir lo que estaba acordado, y sino ponerte más borde y exigir. Este enfoque también puede ser aplicable a gente con ideales. 




 En cierta manera y sin nos ponemos escrupulosos y hacemos autocrítica, todos hemos sido, somos y seremos en mayor o menor medida tontos útiles y/o manipuladores, aunque sea de baja intensidad.

Finalmente y para terminar, tenemos a los equidistantes, pues aunque no sea de su gusto en muchas ocasiones también son partícipes del circo pues lo están viviendo en primera persona y tiempo real, pudiendo llegar a convertirse en las gargantas profundas de lo que sucede a su alrededor  sin denunciarlo ni alzar la voz. El dilema moral que se presenta ante la disyuntiva de despertar y movilizarse o dejarlo pasar no es baladí: en la era de las redes sociales, la inteligencia artificial y la desinformación, en la que el producto somos nosotros, ya no te puedes fiar de nada ni de nadie. Porque no sólo somos el producto de las compañías que nos quieren vender sus productos, también somos el producto de los partidos políticos, siendo su producto su supuesto programa electoral que, como bien sabemos, no cumplirán, pero ya se encargarán de vestir al santo para que luzca.

El concepto, por cierto, surge con Karl Marx, y uno de sus primeros usuarios activos fue Stalin: en su ejercicio hace referencia a personas que, ostentando altos ideales, acaban convirtiéndose en meros instrumentos al servicio de los partidos políticos; lo que hoy venimos a denominar títeres y palmeros. 

domingo, 4 de octubre de 2020

La teoría de la minimización del arrepentimiento para las decisiones más importantes de tu vida



Tomar decisiones según un modelo de minimización del arrepentimiento es una estrategia que nos puede ayudar a tomar elecciones cruciales y en ocasiones, por qué no, cambiar de manera radical nuestra vida puesto que nos obliga a proyectarnos en el futuro (¿Cómo te ves de aquí 20, 30 años?) a través de decisiones que se toman hoy. Evidentemente, no es una cuestión cómoda: todo lo contrario, nos saca de la zona de confort, y sin embargo es fundamental hacérnosla por varios motivos:


  • Para fabricarnos una visión de nosotros mismos de cara al futuro
  • Para trazar un plan, como mínimo para nosotros y las personas que dependan de nosotros
  • Para limpiar nuestras consciencias: que nunca nos podamos arrepentir por no haberlo intentado

El ejemplo más conocido de esta teoría es el de Jeff Bezos, fundador de Amazon, que mientras trabajaba en un Fondo de Inversión estudiando la industria del comercio electrónico tomó consciencia de la oportunidad de vender productos a través de internet. Antes de dejarlo todo y dar el salto evaluó su situación personal, familiar y financiera, con la intención de clarificar el panorama y tomar la decisión más adecuada. Sin embargo, el enfoque que más le ayudó a abandonar el Fondo de Inversión fue auto formularse el siguiente axioma, frase de cabecera de su forma de ser y estilo de vida:
«Cuando tenga 80 años, espero haber minimizado el número de arrepentimientos: aquellas cosas que debería haber hecho y no hice»
Es decir, ¿se arrepentiría de dejar su carrera segura y haberlo intentado y fracasado? ¿O se arrepentiría de no haberlo intentado? Se trata de ponerte tus propios zapatos, pero con 80 años, y hacer retrospectiva, y contar los pellizcos en el estómago por no haber hecho algo o las cicatrices de guerra por lo que sí hiciste

Aunque por lo general el ser humano toma decisiones en función del horizonte personal que es capaz de visualizar en su mente (lo que viene a ser: lo que le cabe en la cabeza), el problema es que en escenarios más allá de 10 años nos cuesta vernos, visualizarnos, y por ello es importante trabajarlo consigo mismo: es gratis y además divertido. 

Aun así, por muy bien que lo hagamos este proceso no va a eliminar al cien por cien nuestro arrepentimiento - siempre habrá decisiones que tuvimos que tomar, pero que por una cosa u otra no hicimos-, pero sí que lo debería minimizar y, con él, las potenciales voces ventajistas que en ocasiones nos torturan en nuestra cabeza.

Algunos prefieren ser más arriesgados con la comida (¿Qué como hoy?), mientras que otros lo son con el amor, el trabajo o las inversiones. También hay perfiles de riesgo cero, chapeau por ellos: no deja de ser otra opción tan válida como las demás. Independientemente de eso, lo que parece claro es que imaginar qué arrepentimientos tendremos con 80 años puede ayudarnos mucho para las grandes decisiones de la vida.

Cuando usamos un prisma cortoplacista para tomar decisiones, es probable que nuestra capacidad de digestión del riesgo rechace cualquier posibilidad por el esfuerzo que implica. Pero tomando un poco de perspectiva, las cosas se pueden llegar a ver de otra forma. Si te equivocas, al menos tendrás una historia que contar, y si encima la cuentas con gracia, sólo por ver la cara que ponen tus amigos, eso no tiene precio.

sábado, 3 de octubre de 2020

Innovación: ¿una cuestión de status social?


Se nace innovador, ¿o se hace? ¿Es la innovación cosa de ricos? ¿Tienen los emprendedores acomodados de cuna más probabilidad de abrazar el éxito? ¿Existen colectivos que, dadas sus circunstancias, tiene amplificado el sentido del olfato y huelen la sangre de manera más nítida y precisa? ¿Enfocan y abrazan la innovación con los pies en el suelo, o son más conservadores por este mismo motivo? De la misma manera que se dice que el coronavirus es una enfermedad de pobres, ¿es la innovación cosa de acaudalados?.


Hoy en día, cuando el ascensor social tan cacareado en el pasado se pone en duda que siga en funcionamiento, cuando tenemos la sensación de que estamos en conflicto continuo con el que no piensa como nosotros y hemos pasado de la era de la información a la de la desinformación y las fake news: ¿acaso hemos desarrollado una piel demasiado fina y todo se nos hace un mundo, demasiado cuesta arriba?. ¿Y si resulta que el ascensor social sigue funcionando, nunca como ahora han habido tantas oportunidades ni eslabones a los que agarrarse, la meritocracia tiene cabida en el sistema, hay sentido común, instinto acertado y se sabe escuchar?. Muchos son de la opinión, en base a grandes métricas macro, que nunca en la historia de la Humanidad se ha vivido como ahora, y de la misma manera deslizan que los niveles de crispación se reducirían simplemente con no ver la televisión ni entrar en las redes sociales. 


Escribe Justo Nieto Nieto en su libro Y tú..., ¿Innovas o abdicas? (2ª edición del año 2010, cuando ya no era rector de la Universidad Politécnica de Valencia) que los seres humanos no sólo son capaces de evolucionar por agresión ambiental (que también) sino que además lo hacen por ambición, y algunos rara avis hasta por devoción. Siguiendo con la discusión, categoriza colectivos y genera una ecuación transaccional Y = f(X), siendo la Y el compromiso innovador y la X el colectivo al que perteneces. Sencilla y nada burda, la cosa queda como sigue: 


POBRES - POBRES

  • Son aquellos que no tienen y necesitan
  • Son los candidatos idóneos para la innovación, pues pueden arriesgar sin mucho que perder porque poco tienen. Afortunadamente, para la innovación son muchos.
  • Ejemplos de este colectivo se podrían encontrar en los jóvenes, en los jóvenes de espíritu víctimas de un ataque de lucidez, en los emigrantes, ...

RICOS - POBRES

  • Son  aquellos que tienen y necesitan
  • Son pocos y algunos innovan, con una innovación especialmente potente y generosa.
  • Ejemplos de este colectivo se podrían encontrar en ciertos empresarios y banqueros, en determinados líderes deportivos y artísticos, en el mecenazgo, ...

POBRES - RICOS

  • Son aquellos que no tienen y no necesitan
  • Son muchos y poco innovadores
  • Ejemplos de este colectivo se podrían encontrar en los jubilados, funcionarios, religiosos, liberados sindicales, y en general, en la gente volcada a ofrecerse y a hacer felices a los demás.

RICOS - RICOS

  • Son aquellos que tienen y no necesitan
  • Son escasos y poco innovadores
  • Ejemplos de este colectivo se podrían encontrar en los rentistas, la gente jet, la aristocracia, ...

¿Dónde quedas tú encuadrado? ¿Existen outliers fueran de este cuadrante? ¿Es incómodo hablar de esto de una manera tan directa? ¿De qué manera la educación y la cultura impactan en nuestro concepto de innovación?




En cualquier caso, es un poco incomodo tal grado de simplificación y los matices son tantos que probablemente cada uno de nosotros tenemos nuestra propia casuística y respuesta personal