Según el Gran Diccionario de la Lengua Española, edición del 2016, iotizar es la transformación de una e átona en una i semiconsonante o semivocal al agruparse en la misma sílaba con otra vocal de la que antes estaba separada por un hiato. Palabra de honor, Larousse dixit.
Sin embargo, en el ámbito de la innovación, este neologismo designa la conexión de objetos y procesos a través de sensores y otros dispositivos, hacia equipos de almacenamiento y transmisión de datos, con la esperanza de poder entenderlos y beneficiarse de ellos.
A los que nos gustan las letras, sabemos reconocer el valor de las palabras. Y si éstas se encuentran en el diccionario, es entonces cuando cobran halo de solemnidad y formalidad. Sin embargo, para el caso que nos ocupa, la palabra iotizar a día de hoy se encuentra en una etapa muy incipiente, a pesar de que se haya hecho hueco entre técnicos y expertos, y forme parte de la jerga relacionada con la Industria 4.0, tanto en español como en inglés (ioting). Por tanto, no les extrañe que cualquier día algún evangelizador de estos que frecuentan eventos, saraos o incluso charlas TED, descarguen el palabro ante la audiencia, quizás virgen: es entonces cuando, con cierta sorna y gracejo, sonrisa perfilada, podrán girarse al compañero de butaca y explicarte qué es esto de iotizar.
Y mientas esta discusión tiene lugar, o no, en los salones de palacio académicos, los diferentes sectores, liderados por el industrial, se está apoyando en el IoT para impulsar su transformación y adaptación al entorno digital y se descubren nuevos usos que pueden, en combinación con otras tecnologías disruptivas como 5G y Blockchain, plantear las oportunidades y retos del próximo lustro.
Cabe reseñar que esta oleada de tecnología, que no es un hype sino que viene para quedarse, viene acompañada de riesgos no fútiles: nuestra privacidad quedará en entredicho, por ejemplo. Y este debate, ya superado en las sociedades de Asia Oriental, todavía tiene que dirimirse tanto a nivel europeo como nacional, más aún en situaciones extremas como la que estamos viviendo del coronavirus. Porque no olvidemos que el principal objetivo de esta tecnología es el de garantízar la seguridad de objetos y personas. Y entonces, nos preguntamos: ¿qué es más valioso, la seguridad o la privacidad?.
En definitiva, la palabra seguirá haciendo camino hasta, quizás, llegar a ser parte del lenguaje y estar extendidas en la sociedad. Es lo que los académicos de la lengua llaman "que tenga hondo calado social". Palabras como tuit, bótox, red social, o hipervínculo, ya han hecho este camino, está por ver si nuestra premonición se cumple,... o no.
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En definitiva, la palabra seguirá haciendo camino hasta, quizás, llegar a ser parte del lenguaje y estar extendidas en la sociedad. Es lo que los académicos de la lengua llaman "que tenga hondo calado social". Palabras como tuit, bótox, red social, o hipervínculo, ya han hecho este camino, está por ver si nuestra premonición se cumple,... o no.