2018 ha sido un año intenso en cuanto a
Industria 4.0 se refiere. Un año de siembra, más que de ver crecer los frutos o
recogerlos. Los resultados demuestran que tenemos que seguir trabajando en evangelizar, inspirar y provocar
a las Organizaciones y las Personas desde todos los puntos de vista y a todos
los niveles. Evangelizar a
través de la formación y el entrenamiento, Inspirar
a través de la seducción y la demostración objetiva y cuantitativa de los
beneficios de las tecnologías emergentes y Provocar
a través de retar nuestros procesos y compararnos con nuestra competencia y
otros sectores.
Un año de luces y sombras. Luces
porque efectivamente las tecnologías disruptivas asociadas a la Industria 4.0 están
aterrizando en el día a día de nuestras empresas, y cada vez son más los
seguidores. Sombras porque la
capacidad de convicción que tenemos es limitada – sigue habiendo mucho
escéptico-, y el sprint de lanzamiento de productos y la velocidad de aterrizaje
de las tecnologías a los procesos no está siendo la deseada. Es por todo ello
que debemos replantearnos, todos y cada uno de los actores que estamos
involucrados en esto, la estrategia a seguir. Por fortuna, hay tanto por hacer,
hay tantos ámbitos en los que podemos ayudar y echar una mano, que 2019 se nos
va a quedar corto.
Y es que el año que empieza se nos presenta
lleno de oportunidades. Proyectos que hace 5 años nos parecían inimaginables,
hoy está al alcance de cualquier empresa independientemente de su tamaño o
sector. Es una cuestión de visión,
liderazgo y cierta dosis de aventura, puesto que obligará a
salir de nuestra zona de confort con toda seguridad. El coste de oportunidad que representa este tema merece le
esfuerzo y la atención por parte de todos.
Es por ello que propongo la siguiente lista de
deseos. Como regalos terrenales, he aquí una lista no exhaustiva:
- Dejarse evangelizar: reservar un % de recursos y tiempo para asistir a foros y eventos relacionados con la Industria 4.0., así como alguno de los Master ya existentes.
- Establecer procesos en las empresas que permitan lanzar proyectos relacionados con la Industria 4.0.
- Rodearnos de los mejores: nombrar en la empresa a un Líder en Transformación Digital. Buscar el proveedor tecnológico que mejor se adapta a nuestras necesidades. Formar y consolidar un equipo transversal para este tipo de proyectos.
Como regales tecnológicos, dos ámbitos fundamentales:
- Internet de las Cosas (IoT) en todos los sitios: todo empieza aquí. Convirtamos los objetos que usamos en el día a día en objetos inteligentes. Se trata de extraer de ellos toda la información posible, para luego, con el tiempo y la experiencia, poder definir cuáles son las variables que realmente nos interesan.
- Inteligencia Artificial: la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano.
Para terminar, mencionar las actividades
organizadas desde la APPI – Ribera Baixa durante todo 2018, y en particular el
Segundo Foro sobre el Futuro de las Áreas
Industriales. Sentar en una misma mesa a expertos, líderes
empresariales y gestores políticos y tratar de alinearlos, conminando
sutilmente a empresas del tejido industrial a que conozcan proveedores
tecnológicos, es parte de esa labor de evangelización que hablábamos
anteriormente. Y esa búsqueda
constante, incansable e insaciable de la excelencia es lo que marca la
diferencia y lo que nos va a hacer tener éxito, a medio y largo plazo. A más a
más, no debemos olvidar que trabajamos para anclar la industria al territorio, pero también para
inspirar, en interno a los empleados y aquellos que toman decisiones, y en
externo a los inversores para que tengan en la Ribera Baixa una Alfombra Roja
sobre la que aterrizar sus inversiones.
Feliz 2019.
(*) Este artículo fue publicado en el Especial del futuro de las áreas industriales, en Enero de 2019.
(*) Este artículo fue publicado en el Especial del futuro de las áreas industriales, en Enero de 2019.
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